A partir de la reciente sanción de la Ley Micaela, los talleres a cargo de la ministra Elena Highton de Nolasco serán obligatorios para todos los integrantes del Poder Judicial
A partir de la reciente sanción de la Ley Micaela, los talleres a cargo de la ministra Elena Highton de Nolasco serán obligatorios para todos los integrantes del Poder Judicial. La Oficina de la Mujer (OM), a cargo de la vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha sido pionera en desarrollar un protocolo de capacitación en género para el Poder Judicial argentino, que fue adoptado por la Cumbre Judicial Iberoamericana para toda la región.
Highton destacó la importancia de la Ley Micaela, recientemente sancionada y que declara obligatoria la capacitación de los integrantes de todos los poderes del Estado. A partir de ahora, resaltó la única integrante mujer del máximo tribunal, “los talleres de la Oficina de la Mujer serán obligatorios”.
Esta dependencia también tiene a su cargo el Mapa de Género del Poder Judicial y el Registro de Femicidios de la Justicia Argentina, entre otros proyectos.
Capacitación en género
Desde el año 2009, la Corte creó talleres de capacitación en género al interior del Poder Judicial para remover los obstáculos que impiden la defensa de los derechos de las mujeres.
La misión de la Oficina de la Mujer es impulsar un proceso de incorporación de la perspectiva de género en la planificación institucional y en los procesos internos para lograr la igualdad entre varones y mujeres.
Los talleres fueron validados por el Sistema de Naciones Unidas de Argentina y declarados “buena práctica” por la Organización de Estados Americanos (OEA). Los mismos se dictan en todo el país, aunque con distintas modalidades: varias jurisdicciones han resuelto darle carácter obligatorio; en otros casos, son tomados como antecedentes para la carrera judicial, y otras provincias han dispuesto que se dicten dentro del horario de trabajo para facilitar la concurrencia.
Todas estas decisiones fueron posibles por el compromiso de los superiores tribunales provinciales, muchos de los cuales han creado sus propias Oficinas de la Mujer para trabajar estos proyectos.