El presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, encabezó el 30 de junio pasado una reunión preparatoria para discutir la creación de una Comisión Interpoderes para la Educación y Cultura en Derechos Humanos. Del encuentro participaron representantes de los tres poderes del Estado. Estuvieron presentes el Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Educación de la Nación, la Secretaría de Cultura y la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, el Congreso de la Nación a través de legisladores, y también representantes del Consejo Interuniversitario Nacional y el Consejo de Rectores de la Universidades privadas.
 
En dicha reunión preparatoria se discutió la idea de reunir el material existente en todo el Poder Judicial relativo a los juicios por crímenes de de lesa humanidad, para elaborar material educativo para las escuelas, videos e información para difundir en los medios, y muchas otras alternativas para la educación y formación cultural.

En ese marco, se decidió avanzar en una próxima reunión a fin de ampliar la convocatoria a todos aquellos sectores que quieran sumarse a esta iniciativa.
 
Entendemos que la República Argentina está llevando adelante una de las experiencias más importantes del mundo en cuanto a los desarrollos de los juicios de lesa humanidad. Esta decisión forma parte del contrato social de los argentinos y se ha traducido en una política de estado compartida por los tres poderes.
 
En el ámbito del Poder Judicial ello significa el enjuiciamiento a los responsables de violaciones a los Derechos Humanos durante la última dictadura militar, que se está haciendo en todo el país, con el respeto de las garantías constitucionales del debido proceso. Para que ello haya sido posible, fue determinante la formación de la comisión interpoderes convocada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y que ya funciona en su ámbito.
 
Ahora, entendemos que es el momento de abrir otra etapa, no solamente enfocada en el juzgamiento de hechos del pasado, sino en la educación y memoria para nuestra generación y para el futuro, en el sentido de consolidar una cultura que sostenga en forma permanente el respeto de los derechos humanos.